Bajo dos metros de olvido.

Una reflexión sobre la necesidad que tenemos de liberarnos de los vínculos físicos para superar el duelo.

Necesitamos lo material -lo sensible- para evocar lo inmaterial -los recuerdos-. Ante la pérdida de un ser querido, nos asustamos por la posibilidad de perder también el recuerdo y nos resistimos a deshacernos de las cosas materiales que lo evocan. Esto provoca una sensación de pérdida y melancolía que define el duelo.
Y el duelo, frente a una perdida, es necesario, es nuestra forma de mantener ese vínculo emocional con lo que ya no está.
Con el paso del tiempo, poco a poco, vamos soltando amarras. Aprendemos a tener presente los recuerdos, sin necesidad de acudir a lo material. Olvidamos, por fin, el peso de lo físico.
Las fotografías que aquí se exponen no tienen otro fin que ser un homenaje a las personas que superaron su particular duelo.


«Ya no necesito nada que me haga recordarte, ya perteneces a mi propio ser. Ya me olvidé de ti, para tenerte siempre.»